“Tiempo es ya de que salgamos de las oscilaciones de la vacilación, y de que busquemos nuestro camino a Damasco... Tiempo es ya de que formemos una nación propiamente dicha, la nación mexicana, y de que hagamos a esa nación, soberana absoluta de sus destinos, y dueña y señora de su porvenir’.”
Andrés Molina Enríquez
*Ana María González Lechuga
Sin lugar a dudas, uno de los personajes más emblemáticos del Estado de México es Don Andrés Molina Enríquez, antropólogo, historiador, jurista, politólogo y sociólogo, ideólogo del agrarismo, precursor de la Revolución Mexicana y autor de importantes estudios sobre la realidad nacional.
Nació en Jilotepec, Estado de México, el 30 de noviembre de 1868. Hijo del notario Anastacio Molina y Francisca Enríquez de la Cabrera.
Fue alumno y maestro del Instituto Científico y Literario del Estado de México. En su juventud, perteneció a esa generación que presenció el apogeo y desplome del Porfiriato. Promulgó un plan revolucionario desconociendo al gobierno de Francisco León de la Barra y fue a la cárcel por eso.
En 1885, se trasladó a la ciudad de México para estudiar la carrera de escribano público en la Universidad Nacional. Con ese título, decidió estudiar la de abogado, pero en 1892, debido a la súbita muerte de su padre, tuvo que regresar a Jilotepec para hacerse cargo de la notaría.
De 1894 a 1898 desempeño su función en el antiguo real de minas de Sultepec, en donde tuvo la idea de publicar un pequeño periódico llamado La Hormiga.
Fue notario de Jilotepec y Sultepec. En 1896 fue llamado por el gobernador Villada para hacerse cargo de la Dirección de Fomento. Más tarde ocupó la Oficialía Mayor de la Secretaría de Gobierno y fue juez de letras en Tlalnepantla, donde conoció a Luis Cabrera, con quien abrió un despacho en la ciudad de México.
En 1899, al volver a Toluca, Molina Enríquez fue nombrado profesor de Derecho para Notarios del Instituto Literario. El 14 de enero de 1901, pronunció un importante discurso en la ceremonia de inauguración de cursos, en el cual se declaró contra el positivismo reinante y analizó con objetividad los hechos fundamentales del siglo XIX. En ese mismo año, concluyó sus estudios de Derecho en el Instituto Científico y Literario de Toluca.
En 1908, don Andrés ingresó como catedrático de Etnografía al Museo Nacional de Historia, y un año después publicó su libro más importante, Los grandes problemas nacionales, que se considera precursor de la Revolución.
El 25 de agosto de 1911 se lanzó a la lucha armada proclamando el Plan de Texcoco, manifiesto en contra del latifundio y a favor del reparto de tierras. Fue aprehendido y pasó dos años en la cárcel.
En 1915, fue invitado por el presidente Venustiano Carranza a integrar la Comisión Nacional Agraria, en la cual promovió el proyecto del Artículo 27 constitucional, que establecía el ejido y la propiedad social de la tierra.
En 1917, colaboró como secretario general de gobierno en el régimen del general Agustín Millán, y en ese puesto intervino en la promulgación de la Constitución Política de 1917.
El resto de su vida, Molina Enríquez lo dedicó a su cátedra de Etnografía y a escribir la obra La revolución agraria en México, en cinco volúmenes, que finalmente publicó en 1936. Vivió sus últimos años en Toluca, laborando como magistrado del Tribunal Superior de Justicia. Murió el 1 de agosto de 1940.
En el Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de México preservamos una joya histórica, nos referimos al expediente de la solicitud de Molina Enríquez para recibirse de Abogado, en 1901.
A partir de la independencia, la práctica de presentar un examen escrito como requisito para licenciarse como abogado quedó en manos de los tribunales locales y así continuó, sin cambios, incluso durante los años del centralismo. En el Estado de México, hacia final del siglo, los exámenes aumentaron de uno a tres, pero del único que se tiene evidencia documental es del último, del que presentaban en el tribunal; los otros dos se presentaban de forma oral ante los sinodales designados ex profeso y de lo que allí se discutía no quedaba ningún registro, sólo se levantaba un acta en la que se señalaba que se había cumplido con las formalidades establecidas por el Reglamento Interno del Instituto Científico y Literario, así como el número de votos que obtenía el aspirante.
Después de realizar las formalidades correspondientes, el 13 de agosto de 1901, Andrés Molina Enríquez, presentó su solicitud para examinarse de abogado.
Extracto del examen de Andrés Molina:
Señores Ministros. Zamora. Amador. Portillo. Villavicencio. Rivera. Montaño, Martinez de Castro, fiscal. | En seguida presente el C. Andrés Molina quedó impuesto de lo acordado, recibe el expediente que se le designó para que en su examen haga relación de él y formule proyecto de sentencia en segunda instancia. Toluca, Septiembre catorce de mil novecientos uno= Visto este expediente sobre recepción de Abogado del escribano C. Andrés Molina, y siendo hoy el día citado para que sustente el respectivo ante el Superior Tribunal y Fiscal del mismo; se procedió a éste acto con la lectura de la resolución del caso que se le designó, continuando después en el orden, sobre las materias y durante el tiempo que fija la ley. Luego se recogió en secreto la votación, de la que resultó aprobado por unanimidad para ejercer la profesión de Abogado, lo que se hizo saber en acto público; y habiendo hecho la protesta de ley, se le mando expedir el certificado correspondiente. Doy Fe. Rubricas Camilo Zamora Luis Valdes |
Finalmente el 14 de septiembre de 1901, Molina Enríquez, aprobó por unanimidad de votos los tres exámenes profesionales correspondientes ante el Tribunal de Justicia del Estado de México.
Referencias
BASAVE B, Agustín, Análisis del nacionalismo mexicano en torno a la mestizofilia, Fondo de Cultura Económica, 2002.
PEÑALOZA GARCÍA, Inocente, ¿Quiénes fueron los institutenses?, UAEM, 2000.
TELLEZ, Mario, “Los exámenes de abogados en el estado de México del siglo XIX”, Revista de Investigaciones Jurídicas, año 34, núm. 34, 2010.
Examen de abogado. Andrés Molina Enríquez, AHPJEM, 1901, caja 27, exp.s/n,fs.22..
TELLEZ, Mario, “Los exámenes de abogados en el estado de México del siglo XIX”, Revista de Investigaciones Jurídicas, año 34, núm. 34, 2010, P.133.