Convivencia Familiar en tiempo de Coronavirus

Convivencia Familiar en tiempo de Coronavirus

Mgda. Dra. Erika Icela Castillo Vega

En estos tiempos de recato social, constituye todo un reto el aprender juntos a cambiar y adaptar ciertos hábitos, uno de los más trascendentes es el cómo compartir tiempo con la familia. LA CONVIVENCIA FAMILIAR EN TIEMPO DE COVID-19.  

Nuestra rutina, como la del resto del mundo, ha cambiado por las medidas adoptadas por las au-toridades, para prevenir la circulación de personas y la rápida propagación del virus: cierre de guarderías, escuelas, empresas, actividades comerciales, gimnasios y centros de esparcimiento.

El ejemplo más claro de esos cambios es el reto de estar en familia minuto a minuto, alimenta-dos en algunas ocasiones por un pánico general que se incrementa con las cifras de contagio y mortalidad por esta pandemia.

Naturalmente, en estos días surgirán momentos de estrés y desasosiego a los que también de-bemos enfrentarnos, y exactamente igual que pasa con las personas adultas, también les ocurre a niños, niñas y adolescentes, por lo que es fundamental superar las tensiones que se sienten en la convivencia familiar.

El internet se convierte en una herramienta a la que recurrimos como fuente primaria de infor-mación; sin embargo, debemos tener en cuenta que existen más recursos a nuestro alrededor como  la música, la lectura, la cocina, la pintura, el juego o el uso de nuestra imaginación.

Al asumir la responsabilidad de quedarnos en casa, podemos tomarnos ese tiempo necesario para romper con el ritmo frenético del día a día y prestar aún más atención de la habitual a los niños, niñas y adolescentes y generar una sana convivencia familiar. 

Los padres deben tener cuidado de no descargar su estrés en los jóvenes. Es necesario utilizar un lenguaje asertivo, saber cuándo corregir y cuándo guardar silencio, de lo contrario, vivir juntos puede convertirse en tortura. 

Las personas más jóvenes necesitan ponerse en el lugar de las personas mayores, y podemos ayudarlos, haciéndolos conscientes de la carga que siempre pesa sobre los hombros de los adultos y aventurándolos a que tomen la iniciativa para resolver o disminuir los pequeños problemas del día a día.

Debemos generar una rutina favorable para la familia, manteniendo horarios, acostándose y le-vantándose a la misma hora, estableciendo momentos específicos para las tareas y horarios de juego. Es un buen momento para trabajar la autonomía a la hora de vestirse, doblar su ropa o ducharse o bien para  hacer juegos en familia fortaleciendo el vínculo entre sus miembros, man-teniendo a las niñas y niños ocupados todo el tiempo. Cuidarnos en la medida de lo posible, para también cuidar de nuestros hijos.

Es en este nuevo escenario en el que la familia pone a prueba su propia consolidación, su fuerza, su influencia, sus propios principios, sus recursos y la capacidad de cada uno de sus miembros para ser tolerantes, receptivos y flexibles. 

No es tiempo de ejercer autoridad en la familia, este es un momento de liderazgo, donde uno o varios de sus integrantes pongan al servicio de sus seres amados, su creatividad, su cooperación, su verdadero espíritu, su sentido del humor, para hacer de ese tiempo en casa, una grandiosa ex-periencia de aprendizaje, educación en valores y amor.

Esta vez nos obligaron a quedarnos en casa y dentro de este AISLAMIENTO FORZADO queda en cada uno el que se aproveche o se desperdicie.

Quitemos la vista de los celulares, de las tabletas electrónicas, de las computadoras; levantemos la vista para sonreír y dialogar con el de al lado, que afortunadamente hoy es nuestro compañero o compañera de vida, nuestro padre o madre, nuestro hijo o hija, nuestro hermano o hermana.

Enseñemos a nuestros hijos e hijas a expresar reconocimiento y gratitud por quienes arriesgan su salud por cuidar de otros y por aquellos que al estar dedicados a actividades esenciales, no pudie-ron detener su ritmo laboral y pasar tiempo en casa.

Hagamos que nuestras familiar sean un SANTUARIO DE CRECIMIENTO, CONSUELO, DIVERSIÓN Y EDUCACIÓN; HAGAMOS DE NUESTROS HOGARES, EL REFUGIO PERFECTO EN ESTOS TIEMPOS DE CORONAVIRUS.

Yo por la Justicia

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