Desarrollo personal y plenitud del Ser

Desarrollo personal y plenitud del Ser

«La plenitud de la vida está abierta a todos» Betty Smith

* Diana de los Angeles Vargas Hurtado

En 1978 el psicólogo y filósofo Erich Fromm en su obra “¿Tener o ser?” explica que el ser humano y la sociedad contemporánea se van desarrollando ante dos orientaciones: el ser y el tener. La primera da relevancia a vivencias personales, metas, resiliencia, decisiones y a la fidelidad a nosotros mismos; por otro lado, la segunda orientación destaca el egocentrismo, consumismo y materialismo. Afirma además que el tener obstaculiza el desarrollo personal del individuo.

Cuatro décadas después, la visión de Erich Fromm sigue vigente, ya que si miramos nuestra realidad actual podemos darnos cuenta que el hedonismo, el consumismo, y lo material han dominado nuestro estilo de vida  bajo la premisa “si no tienes, no eres”.

Es necesario reconocer que el individuo no puede valorarse solamente desde lo que posee materialmente, está llamado a la potencialidad de su SER y es necesario rescatarla, ¿cómo lograrlo? ¿qué necesitamos para alcanzarla?; lo primero, es reconocer que disponemos de un alto potencial de desarrollo personal, lo segundo consiste en abrirse a la posibilidad del crecimiento individual y finalmente asumir con compromiso el reto de trabajar en ello.

La persona que busca y trabaja por su desarrollo personal tiende a equilibrar todos los aspectos de su vida (personal, profesional y de relación con los demás), y lo hace además en las cosas que realmente quiere, no espera a que suceda algo, lo hace hoy y ahora (Arias Montoya et al, 2008).

El psicólogo estadounidense y principal exponente de la psicología humanista Abraham Maslow, afirma que el desarrollo personal del individuo es una necesidad intrínseca y que su punto máximo es la autorrealización, por lo tanto, conviene asumirlo como un proceso continuo, dinámico, íntimo e individual desde la paciencia y el esfuerzo.

A continuación revisaremos tres vehículos fundamentales en el camino del desarrollo personal:

1.-Autoconocimiento

El autoconocimiento implica conocer nuestro ser real, identificar las fortalezas y debilidades, intereses, emociones, creencias, etc., “autoconocerse implica desarrollar la habilidad de dirigir la atención hacia el propio mundo interno y tomar conciencia de sí mismo” (Chernicoff y Rodríguez, 2028). El proceso de conocerse consiste entonces en desconectarse del contexto externo para realizar un trabajo introspectivo. Se sabe que no es una tarea fácil, pero resulta ser el primer paso en vías del crecimiento personal.

Sugerencias para desarrollar el autoconocimiento:

Practicar la auto-observación consciente mediante la práctica de técnicas de meditación o mindfulness por lo menos dos veces a la semana.

Reflexiona y responde las siguientes preguntas: ¿quién soy?, ¿cuáles son mis valores?, ¿cuáles son mis metas?, ¿qué me apasiona?.

Realizar cuestionarios o test de autocono-cimiento. 

2.- Autoaceptación

El acto de conocerse necesita del compromiso de aceptarse, es decir, darle importancia a lo que somos desde la aprobación de todo nue-stro ser de modo realista y tolerante, tan-to en lo físico como psicológico.

La autoaceptación entonces, tiene un efecto poderoso, Carl Rogers otro gran expo-nente de la psicología humanista asevera que “la curiosa paradoja es que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar”, por lo tanto autoaceptarse implica cambio, y todo cambio es una oportunidad de crecimiento, es una oportunidad de ser mejor.

Estrategias para trabajar la aceptación personal

Observa cómo son tus diálogos internos ¿qué te dices?, ¿cómo te lo dices?, probablemente, te des cuenta que la mayoría son desde la crítica dura o severa hacia ti, o desde la queja o la exigencia, lo anterior incide en una visión negativa de ti mismo y podrás convertirte en tu peor enemigo. Por lo tanto, intenta ser más amable y comprensivo contigo, transforma tu discurso interno negativo y crítico hacia lo positivo realista, por ejemplo: de “no hago nada bien, soy incapaz” a “no salió como esperaba pero puedo hacerlo mejor la siguiente vez”. Esta herramienta se trata de un tipo de entrenamiento mental por lo que es necesario trabajarlo todos los días.

Identifica tus fortalezas y talentos, regálate dosis de reconocimiento de tus logros, de tu esfuerzo, de tus talentos y cualidades; también detecta tus debilidades y áreas de mejora para trabajar en ellas.

-Autoestima

El enfoque humanista de Maslow destaca a la autoestima como parte fundamental en desarrollo personal del individuo y señala que las personas que no han desarrollado un alto nivel de estima nunca llegan a autorrealizarse (Naranjo 2007). La autoestima es la apreciación que se tiene de sí mismo e involucra emociones, creencias, actitudes y experiencias, dicha apreciación puede ser positiva o negativa.

Cabe mencionar que el nivel de autoestima que tenemos incide en la forma en que me relaciono conmigo, con los demás y con mi estilo de vida, es entonces que, cultivar y fortalecer nuestra estima es una tarea necesaria para alcanzar la plenitud del ser.

Acciones para fortalecer la autoestima

Los autocuidados: están asociados al establecimiento de hábitos que benefician nuestro bienestar en general, por ejemplo: dieta balanceada, ejercicio físico, buen descanso, actividades de ocio, higiene personal, etc. Recuerda que autocuidarse es amarse.

Evita compararte con los demás, las comparaciones son actos injustos contra ti, ya que las otras personas viven un contexto diferente al tuyo y poseen características peculiares, será más significativo superarte a ti mismo.

El trabajo constante de estos aspectos (autoconocimiento, autoaceptación y autoestima) intervendrá de manera significativa en nuestro desarrollo personal, académico, profesional y social, así que no dudes en practicarlos. 

Yo por la Justicia

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