Leonardo Cassiel Hernández*
La cancelación de la serie de Daredevil de Netflix rompió el corazón de muchos de sus seguidores. Por más difícil que sea, debemos reconocer que ya no necesitaba continuar, puesto que todo quedó resuelto en la última temporada, prolongarla sería forzar a los personajes y a la historia, a tal grado de arruinarla.
Es momento de enfocarnos en su protagonista: Matt Murdock, sin duda uno de los mejores personajes existentes, considero que su característica más relevante es su ideología, expresada de la mejor manera mediante un diálogo con Kingpin, donde su rival lo define como: “Eso es lo que te hace peligroso, no es la máscara, no son tus habilidades. Es tu ideología. El hombre solitario que cree que puede hacer la diferencia”.
Agregado a esto que “El diablo de Hell’s Kitchen” es un fiel católico por lo que no comete homicidios, entonces podemos decir que el punto de Daredevil no es vencer al mal sino redimirlo, su misión es una tarea imposible y quizás sí debería de matar a algunos de sus villanos como Bullseye o Wilson Fisk, pero el hecho de que tenga ese código moral lo hace un personaje aún más interesante.
Es justo esta convicción la que obliga a nuestro vigilante a no mantenerse en el suelo y siempre levantarse. Matt, también apodado “El hombre sin miedo” no es conocido tanto por sus victorias o por derrotar enemigos, en realidad es recurrente verlo golpeado y llevado hasta el límite por sus contrarios, aquí es donde entra otro rasgo vital en su construcción. Tanto él como su papá fueron boxeadores y ambos son definidos por todos los que les conocen: no importa cuantas ocasiones los derrumben nunca se mantienen en el suelo, siempre encuentran la forma de levantarse y seguir dando pelea.
Otra característica que tiene este personaje es su ceguera, tanto Murdock como la justicia
son ciegos, y ese, es detalle magnífico. Incluso su nombre (Matthew) es una alegoría al personaje bíblico Matthew of Galilee, que al ser un cobrador de impuestos en esa época podía ser considerado: abogado
Daredevil es la máxima expresión de revertir algo negativo a positivo, este abogado de Nueva York tomó su dolor y lo convirtió en un símbolo de esperanza, en una idea, pues Daredevil nos puede salvar del dolor. Todos podemos ser él.
No me quedé ciego a una temprana edad, mi madre no me abandonó, pero está en nuestra naturaleza experimentar dolor y tristeza. Es lo que hacemos con ello, lo que nos define, no podemos ser Superman, ningún humano puede volar, pero sí debemos creer que cada uno puede hacer la diferencia en favor de la justicia, preparándonos, entrenando y
El Daredevil, bajo la dirección creativa de Steven S. DeKnight, Doug Petrie y Marco, nos llevaron por tres temporadas y sus 39 capítulos con una simétrica fotografía, planos largos y toma fijas que iluminan las prioridades de los objetos en pantalla. Netflix nos hizo interlocutores de un diálogo entre lo ético, lo justo y la venganza. Aquí, el Daredevil creado con Marvel, es el mismo que nos cuestiona: How do you know the angel and the devil inside me aren´t the same thing?
*Alumno de la Licenciatura en Estudios Cinematográficos, en la Universidad Autónoma del Estado de México.