Con el 9 de marzo se escribió una página importante en la historia de nuestro país. La propuesta de que mujeres y niñas no asistieran a la escuela, al trabajo, no realizaran compras, no salieran de sus casas, llamó a la reflexión y visibilizó la violencia de género que se registra, la importancia de las mujeres en la sociedad, y la exigencia del pleno respeto a sus Derechos Humanos.
Si bien iniciativas similares ya se habían dado en otros países como Islandia, Estados Unidos y Polonia, en México surgió en las redes sociales el 18 de febrero con el colectivo de mujeres veracruzanas “Brujas del Mar”.
La idea traspasó las redes y fue creciendo cada día, a ella se sumaron periodistas, profesoras, obreras, profesionistas, servidoras públicas, estudiantes, artistas, organizaciones de la sociedad civil, instituciones públicas y privadas.
El esperado 9 llegó y las paradas de autobuses lucieron vacías, taxis, escuelas, comercios, oficinas, fábricas, cocinas, medios de comunicación, taquillas del Metro, sin mujeres. La mayor fuerza de trabajo del país paró ese día y por supuesto, impacto en la organización del trabajo.
En el Poder Judicial del Estado de México, juezas, jueces, magistradas, magistrados y servidores de la institución apoyaron la causa de las mujeres a través del desarrollo de su trabajo, de la emisión de sentencias sobre pensiones alimenticias, divorcios, violencia familiar, entre otros.
Los servidores judiciales no pararon conscientes de la importancia del trabajo que desarrolla la institución y porque saben que hay mujeres en espera de una resolución a su problema.
Los edificios judiciales mostraron sendos moños morados, color que caracterizó a este movimiento, y los servidores públicos portaron ropa de la misma tonalidad; algunos publicaron en redes sociales mensajes de solidaridad, afecto y respeto a las mujeres que en una protesta en silencio, hicieron escuchar su voz.
Algunos hastags que identificaron al movimiento fueron
#8M,#9m, #UnDíaSinNosotras, #ElNueveNadieSeMueve,
#Nueve, #Paro9DeMarzo
