* Guadalupe G. Valero Nieves
En alguna ocasión de nuestra vida hemos escuchado hablar de inteligencia emocional, los sentimientos, las aspiraciones y nuestros anhelos más profundos constituyen gran parte de su existencia, el poder de las emociones es extraordinario.
La inteligencia emocional es un proceso en el que aprendemos a través de nuestras experiencias, a expresar de manera razonada nuestras emociones, a manejar y controlar los impulsos que sentimos ante una situación.
¿Para qué sirve la inteligencia emocional?
- Ayuda a tener éxito en todas aquellas áreas de la vida que implican desarrollarse con los demás y favorece las relaciones sanas.
- Ayuda a mantener una mejor salud al ser capaces de manejar el estrés y las emociones negativas. El estrés no manejado de manera correcta puede repercutir negativamente en la salud mental haciendo que seas más vulnerable a los trastornos de ansiedad y depresión. Además, la persona que no maneja bien sus emociones tiene altibajos y cambios de humor que perjudican sus relaciones con los demás.
- Las personas con alta inteligencia emocional son capaces de expresar lo que sienten a los demás y entender lo que sienten los otros, esto les permite comunicarse de manera más efectiva y crear relaciones más profundas tanto en la vida personal como en la vida profesional.
- La persona emocionalmente inteligente interactúa con los demás sin dejar de ser ella misma; es capaz de emitir sus opiniones y sentimientos sin herir al prójimo. Considera las creencias y estado de ánimo del otro.
- Son capaces de identificar sus emociones y saben lo que están sintiendo en cada momento y porque, y se dan cuenta de cómo influyen en su comportamiento y en su pensamiento.
- Son capaces de controlar sus impulsos no se dejan llevar fácilmente por estallidos emocionales, saben calmarse a sí mismos cuando sus emociones son especialmente negativas e intensas y saben adaptarse a las circunstancias cambiantes.
Cuando nos dominan las emociones perdemos la capacidad de atender el mensaje, lo único que recordaremos después serán los sentimientos de odio, mala intención de la persona o bien recordaremos la culpa, la vergüenza o el arrepentimiento por aquello que dijimos dejándonos llevar por nuestras reacciones desproporcionadas.
¿De qué modo podemos aportar inteligencia a nuestras emociones, civismo en nuestro ámbito laboral y afecto a nuestra vida social?
Para aportar inteligencia a las emociones, debemos tomar las riendas de nuestros impulsos, comprender los sentimientos más profundos de nuestros semejantes, manejar amablemente nuestras relaciones. Así como conocer que las emociones tóxicas pueden llegar a dañar nuestra salud, en tanto el equilibrio emocional contribuye a protegerla y a nuestro bienestar.
Para desarrollar habilidades de inteligencia emocional debemos convertirnos en nuestros propios observadores, para ir analizando, descubriendo y por tanto controlando aquello que nos mueve a actuar y tener cada vez mayor control de nuestras respuestas.
Goleman, D. (2012) en su más destacada obra sobre Inteligencia Emocional explica que es importante prepararnos emocionalmente para la vida, aprendiendo a manejar nuestras emociones a través del autoconocimiento, autocontrol, motivación, el arte de escuchar, resolver conflictos, y colaborar con los demás. Contrario al aislamiento, la depresión, la ira, la impulsividad, la agresividad, en resumen los problemas emocionales.
Jefa del Departamento de Reclutamiento, Selección de Personal y Relaciones Laborales Ext.16754