Ana María Villanueva Hernández

Auxiliar Administrativo adscrita a la Presidencia del PJEdomex
«Soy una persona privilegiada de poder servir en la presidencia, es un honor haber compartido con cinco presidentes y las y los consejeros de la Judicatura, grandes seres humanos de quienes he aprendido mucho, estoy contenta y satisfecha de pertenecer a esta institución«
Anita es símbolo de confianza, calidez y cuidado; su historia inició en 1999 con el voto de confianza de la Magistrada Armida Ramírez Dueñas, un referente de justicia sensible y humana, quien la conocía por su trabajo impecable y la recomendó para realizar las labores de limpieza en su oficina en los entonces juzgados Civiles y Familiares que se ubicaban en la hoy Escuela Judicial.
Ana María Villanueva Hernández se incorporó a la institución llena de entusiasmo como auxiliar de intendencia y luego ocupó el cargo de oficinista judicial; gracias a su esfuerzo y dedicación fue transferida en 2001 a Palacio de Justicia durante la administración del Magistrado Abel Villicaña Estrada e integrada a la Presidencia para realizar las actividades de limpieza en el 2005, cuando era Presidente José Castillo Ambriz, encomienda que asumió con responsabilidad.
Desde ese momento a la actualidad, Anita ha tenido la oportunidad de trabajar de cerca para los Magistrados Presidentes Baruch Delgado Carbajal, Sergio Medina Peñaloza, Ricardo Sodi Cuellar y Fernando Díaz Juárez a quienes ha tenido la oportunidad de servir la taza de café matutina o preparar un refrigerio durante las jornadas más extenuantes de trabajo.
Su motivación es su familia, su hija quien estudia Derecho y su hijo, a quienes día a día transmite un mensaje de fortaleza y valores como la honestidad y respeto; además de compartirles todas las experiencias que atesora en su corazón.
“Tengo un retoño, que está aprendiendo algo que me llena de orgullo; el Poder Judicial me ha dado muchas satisfacciones y cosas buenas para poder apoyar a mis hijos en sus sueños”.
En casi 26 años de trabajo, Ana ha aprendido a adaptarse, a mejorar día con día en su trabajo y brindar un servicio de excelencia.
Su esperanza para el futuro es continuar caminando de la mano con la institución humanista y noble que la ha abrazado y traído tanta satisfacción a su vida.
“Las y los compañeros me han recibido con cariño; ahora dicen que soy su mamá, eso siempre me lo voy a llevar en mi corazón porque lo que yo he hecho es arroparlos como si fueran mi familia, porque pasamos más tiempo en el trabajo que en nuestra propia casa” agregó.