Un día del padre inolvidable

El 15 de junio, Día del Padre, tuvo un significado muy especial para Alberto y Diego. Por primera vez lo celebraron como papás, luego de adoptar a Ary. Gracias al Juzgado Especializado en Procedimientos de Adopción del Poder Judicial del Estado de México, su vida cambió, ahora sus mañanas se llenaron de risas, juegos y abrazos. La llegada de su hija les cumplió el sueño más grande: formar una familia de corazón.
Su historia inició en 2019, cuando sabían que construir un hogar iba más allá de compartir un techo. Con el paso del tiempo cumplieron metas personales y profesionales, y llegó un punto en que el deseo de criar a una niña o niño se volvió su mayor ilusión. En noviembre de 2024, decidieron iniciar el trámite, y en enero de este año recibieron la noticia que tanto esperaban: Ary ya estaba lista para integrarse a su familia.

En el Estado de México, adoptar lleva entre seis y siete meses. Todo comienza en la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del DIFEM, donde se hacen valoraciones médicas, psicológicas y sociales. Si el resultado es positivo, se emite un certificado de idoneidad y, en poco tiempo, el Juzgado Especializado dicta la sentencia que formaliza la adopción.
Alberto y Diego recordaron con emoción el momento en que vieron por primera vez a Ary caminando hacia ellos con pasos chiquitos y una mirada brillante. Ese instante –dicen- les cambió la vida. “Fue como vivir un pensamiento feliz, de esos que te llevan al país de Nunca Jamás”, compartió Diego.
Desde entonces, su casa se llenó de momentos de felicidad y nuevas rutinas. Aunque hubo retos, también vivieron instantes que antes solo imaginaban. Ser papás no fue fácil, pero sí profundamente transformador.
Por eso, invitaron a quienes quieren adoptar a acercarse, informarse y confiar en que hay niñas, niños y adolescentes esperando un hogar.
Para esta joven familia, el pasado Día del Padre fue mucho más que una fecha, fue la celebración del inicio de una nueva vida, con nombre, pasos juguetones y una mirada que les recuerda que los sueños, con amor y paciencia, se cumplen.