*Gibrán Marcial Leal Angulo
**Omar Michael Villafuerte Maldonado
Antecedentes
La historia de la Inteligencia Artificial (IA) no es reciente, sus raíces se remontan al siglo XIX con la obra pionera de Charles Babbage y Ada Lovelace. En 1837 Babbage, matemático e inventor británico diseñó la máquina diferencial, considerada la primera computadora mecánica del mundo. Aunque no se completó durante su vida, sentó las bases para el desarrollo futuro de los ordenadores, gracias a su capacidad de realizar cálculos automáticos sin intervención humana.
Pero fue Ada Lovelace, matemática visionaria, quien en 1845 dio el salto que cambiaría el futuro de la computación. Lovelace no solo comprendió las capacidades matemáticas del invento de Babbage, sino que fue la primera en plantear que una máquina podría ir más allá de los números. En sus notas, describió un algoritmo que hoy es reconocido como el primer programa computacional de la historia, anticipando que algún día podrían manipular símbolos y realizar tareas mucho más complejas, desde componer música hasta resolver problemas teóricos; sin embargo, a pesar del potencial y el nivel de procesamiento que alcanzarían las computadoras, jamás iban a poder pensar por sí mismas.
Casi un siglo después, en 1950, otro genio de la computación, Alan Turing formuló una pregunta que sigue resonando en el campo de la Inteligencia Artificial: ¿Pueden las máquinas pensar? Turing propuso un experimento que más tarde se conocería como el Test de Turing. El reto consistía en involucrar a un juez, un humano y una computadora, todos comunicados exclusivamente a través de una terminal de texto y aislados en habitaciones separadas. Si tras una serie de preguntas y respuestas, el juez no podía distinguir de manera consistente cuál de los dos era la máquina y cuál el humano, se consideraba que la computadora había superado el test, demostrando así su capacidad para imitar el pensamiento humano.
Aunque en ese momento la tecnología no estaba lo suficientemente avanzada para realizar esta prueba, el Test de Turing sentó un principio fundamental: la Inteligencia Artificial no se mediría por su capacidad para resolver ecuaciones complejas, sino por su habilidad para imitar la inteligencia humana.
Décadas después, los avances tecnológicos, junto con la implementación del aprendizaje automático y el aprendizaje profundo a través de redes neuronales, impulsaron una evolución en la IA que Turing difícilmente podría haber anticipado. En este contexto surge ChatGPT, un modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI y lanzado al público en noviembre de 2022, que ha marcado un hito en la Inteligencia Artificial gracias a su capacidad para mantener diálogos coherentes, creativos y naturales, superando ampliamente el Test de Turing.
¿Qué es la IA y cómo funciona?
Es un campo de la informática que se enfoca en crear sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requerirían inteligencia humana. Están diseñados para aprender, razonar, analizar, tomar decisiones y resolver problemas de manera autónoma. En términos sencillos, la IA busca imitar el razonamiento humano.
Pero ¿cómo logran las máquinas realizar estas tareas?, el proceso fundamental en la IA es el entrenamiento, que consiste en proporcionar al sistema grandes volúmenes de datos para que aprenda y optimice su rendimiento con el tiempo. Los datos pueden incluir imágenes, textos, videos, documentos, libros, sonidos y prácticamente cualquier tipo de información.
Durante el entrenamiento, el sistema utiliza algoritmos matemáticos avanzados que, a menudo, están basados en redes neuronales artificiales. Estos algoritmos analizan los datos y permiten que la IA identifique patrones complejos. A medida que el sistema se entrena, su capacidad para reconocer características específicas mejora, lo que le permite realizar predicciones y decisiones con mayor precisión.
La inteligencia en el día a día
La IA ya está aquí. El futuro nos ha alcanzado, y no podemos simplemente ignorar su presencia o evitar utilizar las herramientas que están a nuestra disposición. La tecnología evoluciona a una velocidad impresionante transformando todos los aspectos de nuestra vida. Desde la manera en que consumimos contenido multimedia, trabajamos, compramos en línea, nos relacionamos con el mundo a través de las redes sociales y cómo nos facilitamos la vida con los asistentes virtuales.
¿Cómo podemos aprovechar la IA en un entorno laboral?
La IA ofrece una amplia gama de aplicaciones que pueden revolucionar la forma en que trabajamos. Una de las más destacadas es la automatización de tareas repetitivas. Puede encargarse de tareas rutinarias y tediosas como la gestión de correos electrónicos, la programación de reuniones, la introducción de datos o la creación de informes básicos.
Además, es una poderosa herramienta para el análisis de datos. Es capaz de procesar grandes volúmenes de manera rápida y eficiente, identificando patrones y tendencias que pueden ser difíciles de detectar para el ojo humano. Esta capacidad resulta invaluable para la toma de decisiones basadas en información y para la identificación de oportunidades de mejora.
Otro aspecto es el desarrollo de asistentes virtuales inteligentes impulsados por IA que pueden responder a preguntas, proporcionar información y realizar tareas por voz, lo que agiliza la búsqueda de información y facilita la gestión del tiempo. Imaginemos poder solicitar una reunión, reservar un vuelo u obtener un resumen de las noticias más importantes simplemente hablando con su asistente virtual.
La IA permite personalizar la experiencia del usuario. Las herramientas y aplicaciones pueden adaptarse a las necesidades y preferencias individuales de cada empleado, lo que aumenta la satisfacción laboral y la productividad.
En resumen, la Inteligencia Artificial ofrece un amplio abanico de posibilidades para mejorar la eficiencia y la productividad, así como la calidad de vida de las personas. Desde la automatización de tareas hasta la personalización de la experiencia de los trabajadores, se está convirtiendo en un aliado indispensable para las áreas de trabajo que buscan mantenerse competitivas en un mundo cada vez más digital.
* Analista en Marketing de la Coordinación General de Comunicación Social del PJEdomex
** Asesor académico de la Dirección de Fortalecimiento Profesional de la Dirección General de Educación Normal