Peritos generan herramientas tecnológicas para agilizar su función

Peritos generan  herramientas tecnológicas para agilizar su función

Judith Alí Rojas Arizmendi está adscrita a la Dirección de Servicios Periciales del Poder Judicial del Estado de México desde noviembre de 2008. Es Licenciada en Psicología, egresada de la Universidad del Valle de México.

Para la especialista, romper paradigmas y enfrentarse a la creciente demanda de los servicios de los juzgados,  ha llevado a la labor pericial a generar herramientas tecnológicas que agilicen esta función; sin embargo, en ocasiones se generan dudas, rechazo o miedo, respecto a la efectividad y confiabilidad de la tecnología.

Rojas Arizmendi considera que en los últimos años, los problemas de salud mundial han hecho que la tecnología sea una importante herramienta de trabajo. En corto tiempo, se han generado resultados convenciendo poco a poco a los escépticos de la necesidad de evolucionar, abrirse a nuevas habilidades y conocimientos tecnológicos, para ser mejores servidores públicos.  

Explica que en su labor, las tecnologías de la información posibilitan la comunicación directa con los juzgados, la actualización permanente, la presentación de los resultados de un estudio pericial en una audiencia por telepresencia, y el envío de información en tiempo real. Además, mediante la Valoración en Psicología Forense por medios electrónicos, se pueden realizar investigaciones periciales a distancia, incluso en otros países. 

Cada caso es único y especial, señala la experta, es entrar al seno de una familia que está en conflicto, donde los integrantes tienen una emoción negativa afectando la comunicación y por ende la resolución del conflicto. Para un perito, es el privilegio de servir a la comunidad, pues la labor que realizan es una enorme responsabilidad.

La perito cuenta que hace algunos años, fue asignada a un caso donde debía valorar a un menor de aproximadamente seis años que se encontraba en el DIF, porque su madre le extrajo los ojos con una cuchara y en ese momento, el menor vivía en el albergue con su hermano mayor. La pericial determinaría si podía ser entregado a su progenitor o en adopción.   

El juez requería saber si era benéfico para el niño estar al cuidado del padre, quien en el momento del ataque se encontraba trabajando o bien darlo en adopción, lo que implicaría un tiempo indefinido en el albergue, la posible separación de su hermano y alejamiento definitivo de su papá.

“Como peritos, la capacidad de adaptación a la situación del caso nos permite buscar herramientas para evaluar psicológicamente a un pequeño que sufrió un trauma y quedó ciego, es adaptarse a sus capacidades físicas y psicológicas. Una investigación científica posibilita que se proporcione al juez, los elementos para decidir prácticamente el rumbo de vida de un niño. Dictaminé con base en los resultados de la valoración psicológica, que el padre era apto para hacerse cargo de la crianza del niño y su hermano”.

“Al paso de los años, me enteré por un reportaje en la televisión que este niño estudiaba música, tocaba el piano, por cierto, muy bien. Vivía con su padre y hermano. La música es el mecanismo de defensa más sublime para canalizar emociones, lo cual me llenó de satisfacción y agradecimiento a la vida, por ser orgullosamente un perito del Poder Judicial del Estado de México”.  

Yo por la Justicia

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