Alicia Ramírez Camacho es Perito del Poder Judicial del Estado de México desde febrero de 2012, por lo que lleva ya una década ejerciendo su profesión. Actualmente está adscrita al Distrito Judicial de Chalco. Cursó la Licenciatura en la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, donde también formó parte de la primera generación del Diplomado en Peritaje Social.
A fin de enriquecer su quehacer profesional, se ha capacitado y actualizado en entidades como Querétaro, Puebla y Morelos; además realizó cursos y diplomados en el Instituto de Formación Profesional de la Fiscalía General de la República, antes PGR, sobre la participación del perito en el sistema penal acusatorio.
Para Ramírez Camacho ser perito del PJEdomex implica una gran responsabilidad y compromiso, ya que su labor se desarrolla principalmente en la materia familiar, donde el interés superior de niñas y niños prevalece por sobre todas las cosas, situación que generalmente olvidan los padres, pues utilizan a sus hijos como trofeo de guerra.
Expresó que los Peritos en Trabajo Social son los ojos del juzgador, ya que es el único profesional al que le permiten valorar IN SITU (en casa y/o comunidad) mediante la visita domiciliaria, técnica indispensable pues aporta muchos elementos que durante la entrevista es posible encubrir; sin embargo, esas visitas representan las mayores vicisitudes a las que se pueden enfrentar.
“Con esta técnica podemos encontrar que la vivienda que habitan las partes y sus hijos son inadecuadas para una sana convivencia y desarrollo. En ocasiones, los chicos han sufrido abuso sexual y/o físico y los padres custodios lo ven “normal” o “cotidiano”. Por ejemplo, en una visita la madre aseguró que los menores tenían su propio espacio y privacidad, al momento de realizar la inspección física se encontró un cuarto pequeño con una cama individual que ocupaba la madre, su nuevo concubino y sus dos hijos, se le cuestionó a la madre y dijo que el hombre dormía en el piso, donde no había espacio para ello”, narró la especialista.
Recordó que en otra ocasión, una mujer valorada y que era paciente psiquiátrica, la encerró en su vivienda y no la dejaba salir hasta que tomara unas fotografías para mostrar al juez que su contraparte laboraba con trajes y ropa de oficina, cuando él decía que se empleaba como lava autos en un centro comercial, situación que se comprobó fehacientemente.
Alicia Ramírez Camacho destacó que el perito en Trabajo Social debe ser imparcial, objetivo e incorruptible, pensando en el bienestar principalmente de niñas, niños y adolescentes, si existen en un juicio. Tiene que actuar con apego a la legalidad y en busca de la verdad histórica, que se dice fácil pero no lo es, sobre todo en el momento que las partes no pueden llegar a acuerdos y lo dejan en manos del juzgador.
Lo que más le satisface es la convicción de que el dictamen pericial contribuye a que el juzgador conozca la realidad social, económica y familiar en la que se desenvuelven las partes y sus hijas e hijos, con el propósito de que se logre el bienestar de las familias y de la sociedad, pues es un gran compromiso que se cumple día a día.
