Trastornos afectivos en la Pandemia Covid-19

Trastornos afectivos en la Pandemia Covid-19

*Dr. Javier Jaimes Cienfuegos

“La única realidad incontrovertible de mi trabajo es la importancia de la vida. Siempre digo que la muerte puede ser una de las más grandiosas experiencias de la vida. Si se vive bien cada día, entonces no hay nada que temer.” Kübler Ross.

El estudio de los trastornos afectivos en la pandemia Covid-19 ha cobrado importancia debido a su elevada prevalencia en la población. Padecimientos como  ansiedad,  depresión y brotes psicóticos, cuyas consecuencias son causa de disfuncionalidad familiar, laboral, académica y, en algunos casos, incluso el suicidio. 

La American Psychiatric Association (APA, 2014) define la depresión, como un estado de falta de regulación disruptiva en el estado de ánimo que se caracteriza por un ánimo triste, vacío o fácilmente irritable.

No obstante, existe escasa información alusiva al tema de depresión, ansiedad y psicosis durante el aislamiento causado por  Covid-19, que permita tener un panorama más amplio acerca de los factores emocionales, cognitivos, ambientales, sociales y  demográficos, a fin de contar con una referencia para conocer el impacto real de las complicaciones psicoafectivas de los ciudadanos.  

Durante estos meses de “aislamiento social”, un alto porcentaje de mexiquenses   encuentra bien identificados los síntomas que padecen, al recibir el diagnóstico de la enfermedad o vivir un proceso de duelo que se entiende como la reacción emocional ante un impacto que reestructura los lazos afectivos con los otros o individuales. Conducta adaptativa producida por el dolor profundo causado por alguna pérdida: de un ser querido, objeto valioso o de la salud.El concepto implica un gran rango de sentimientos, conductas entendibles alrededor de la pérdida, las manifestaciones dependen del apego, condiciones sociales, culturales y emocionales. 

Además de un ánimo triste, la desesperanza o el desinterés, pueden presentarse cambios somáticos y cognitivos, como falta de energía, dificultad para tomar decisiones y de concentración, hipersomnia o insomnio, cambios de talla, irritabilidad y pensamientos de muerte. 

Las personas diagnosticadas con el virus SARS COV-2 viven un duelo caracterizado por el rechazo, distanciamiento  social, alteraciones fisiológicas descubiertas durante el proceso de la enfermedad, transitando por las diversas etapas (negación, ira, negociación, depresión, aceptación) distanciadas de su entorno social-familiar para evitar el contagio familiar. 

Ante la masificación de la información referida a la pandemia, la respuesta social trajo consigo diversos episodios de ansiedad en los ciudadanos, los que  “anticipando” amenazas futuras;  presentan ataques de pánico  debido a los altos índices de nerviosismo.

Tensión muscular, comportamientos evasivos, cautela y excesiva preocupación, son manifestaciones de los trastornos de ansiedad, la presencia de estas afecciones puede deberse a factores estresantes persistentes, tener origen en miedos o situaciones de angustia infantiles no tratados, aunque también pueden presentarse en los adultos, ante factores propios del contexto cultural y en cuanto a la parte fisiológica, la presencia de una enfermedad médica.

 Realizar estudios de mayor magnitud en el tema, definiendo con mayor precisión el grado de depresión y ansiedad, da lugar a nuevas investigaciones, ejemplo de ello es la correlación positiva entre la edad y los padecimientos, esto abre una serie de hipótesis con base en la información proporcionada por la OMS del Covid-19, por ejemplo, si es que aquellos que padecen la 

enfermedad a  una edad mayor, por la vulnerabilidad del estado corporal,  sufren más trastornos psicológicos o psiquiátricos (depresión , ansiedad y brotes psicóticos) o si se presentan de la misma forma en las diferentes edades.

La finalidad de conocer la problemática psicológica de la situación actual es aportar información que coadyuve a generar estrategias de promoción de atención temprana de la salud mental y con ello, contribuir en la mejora de calidad de vida, a partir de diversas técnicas de autocontrol:

  • Respiración diafragmática: Inhalando 4 segundos por la nariz y exhalando 4 segundos por la boca.
  • Relajación progresiva de Jacobson
  • Registro de pensamientos disfuncionales o negativos:
  • Pensamiento-emoción -conducta.
  • Alejarse de las conductas autodestructivas: consumo de alcohol, drogas o exceso de pornografía.
  • Mantener dieta baja en azúcar o carbohidratos y hacer ejercicio en casa.
  • Asistir a terapia psicológica.

*Autor: Dr. Javier Jaimes Cienfuegos

Psicoanalista clínico.

Tanatología : manejo en duelo. Autor del libro las formas de enajenación en Herbert Marcuse.

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Yo por la Justicia

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