El Perdón

El Perdón
El magistrado Everardo Guitrón Guevara es presidente de la Segunda Sala Civil de Toluca; fue integrante de la Primera Sala Familiar de Toluca donde, junto con las magistradas Patricia Martínez Esparza y María Cristina Miranda Cruz, aplicó con éxito la mediación y la restauración en segunda instancia para restablecer, a través del diálogo, las relaciones de familias involucradas en un conflicto legal.

Con amplia experiencia en la mediación, el magistrado recomienda que las partes en conflicto reconozcan errores, traten de dialogar y si no es posible una reconciliación, cada quien tome su camino con respeto y cordialidad, pero sobre todo con perdón, tema del que nos habla para Yo por la Justicia.

¿Qué es el perdón?
Podemos definirlo como olvidar alguna ofensa, algún hecho que nos ha afectado. El perdón es un proceso que se tiene que vivir, se tiene que transitar para llegar a otorgarlo; olvidar el pasado y lo que en un momento nos afectó, nos dañó, no es fácil, pero si no se hace se vivirá con rencores, resentimientos y un sentimiento de venganza.

¿Por qué perdonar?
Hace bien a quien perdona, la persona que perdona es la primera que se alivia o tiene paz consigo mismo. Una ofensa, una situación que ha afectado o herido nuestros sentimientos es como algo que se clava en el alma, es como una espina, una daga que está ahí, que está sangrando y nos lastima a cada instante y cuando logramos decir “me saco esa espina que me está lastimando, es olvidar y alcanzar la sanación del alma para finalmente estar en paz conmigo mismo”.

¿Te perdono, pero no lo olvido?
Eso no es posible, porque entonces no hay perdón, el perdón es olvido. Muchas veces decimos que perdonamos, pero en realidad no hemos llegado a ese proceso.

¿Cómo es ese proceso para llegar realmente al perdón?
Se va trabajando mentalmente a través del tiempo, pero también con la voluntad; la voluntad de cada persona de curarse a sí misma.

¿Perdonar me hace mejor persona, mejor ser humano?
Desde luego que sí, uno tiene mayor tranquilidad dentro de sí mismo y esa paz se transmite a los demás que también se sienten en paz. Para perdonar se necesita ser humilde, con humildad es como podemos llegar a perdonar.

¿Qué papel juega el perdón en la sociedad?
Un papel fundamental en todas las relaciones del ser humano dentro y fuera de la familia. Si nosotros desarrollamos esa capacidad tan grande de perdonar, seguramente que eso redundará en mayor salud física y mental para cada quien, eso generará en nuestro entorno y en nuestra sociedad mayor paz y mejores relaciones humanas, más cordiales, más llevaderas, con menos conflictos.

¿El perdón se puede aplicar en todas las materias?
Yo creo que sí. En mi experiencia debo comentar un caso que incluso me sirvió de enseñanza. Un asunto en materia penal que tuvo repercusiones en materia familiar. Una pareja en donde el esposo le quitó la vida a la esposa y él es privado de la libertad, tenían dos niños: uno de 3 y otro de 5 años, ellos vivían con los abuelos paternos, pero llega la abuela materna que vivía en otra entidad federativa, cuando llega prácticamente estaban sepultando a su hija. Se suscitó el conflicto de guardia y custodia de los menores entre los abuelos paternos y la abuela materna. Se sentaron los abuelos a platicar y la abuela expresó: “yo sé que las cosas ya pasaron y frente a eso no puedo hacer nada. Dios tenga en la gloria a mi hija. Yo ya fui a ver al papá de los niños a la cárcel, ya fui a decirle – yo te perdono por lo que hiciste con mi hija y recibe el castigo de la ley humana, porque también hay una ley divina-“.

Los abuelos llegaron a un acuerdo respecto de la convivencia con sus nietos. La abuela materna estaba peleando la guardia y custodia que por derecho le correspondía por la situación generada en el ambiente familiar del padre, le correspondía a ella, acordaron un régimen de visitas y convivencia para los abuelos paternos y decían nos hablamos, estamos en comunicación, un día me hablas, nos ponemos de acuerdo, vamos al parque…

En ese momento para mí fue una lección de vida, el ver la capacidad tan grande de esa persona de perdonar, a pesar de que habían privado de la vida a su propia hija.

Sudáfrica, el perdón como motor de la historia

Artículo escrito por Pedro Rivas y Javier Marrodán y publicado en 2010 en la Revista Nuestro Tiempo, de la Universidad de Navarra, España, narra la historia de una nación herida por enfrentamientos raciales y por un sistema apartheid que prevaleció durante décadas.

Junto con la eliminación del régimen, se buscó cerrar las heridas del pasado y “poner el cronómetro de la historia en cero” (describen Pedro Rivas y Javier Marrodán) por lo que en 1994 se estableció la Comisión para la Verdad y la Reconciliación. No se mencionaba en aquella norma la necesidad de lograr el perdón personal de las víctimas a sus verdugos, ni se expresaba principio religioso alguno, pero se proponía que unos y otros relatasen sus experiencias en sesiones de carácter público; sin embargo, el hecho de contar la verdad sólo permitiría alcanzar la reconciliación si se acompañaba del perdón. De tal manera que la Comisión nunca funcionó como equipo judicial, sino como intermediario entre víctimas y agresores.

Dicha comisión que tenía como lema: “Sin perdón no hay futuro, pero sin confesión no puede haber perdón” fue encabezada por el arzobispo anglicano Desmond Tutu, considerado uno de los grandes artífices del giro que dio la historia de Sudáfrica a finales del siglo XX, además de Nelson Mandela.  

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Un pensamiento en “El Perdón

  1. Perdonar con la consigna de edificar y construir mejores ambientes, familiares, sociales, civiles, es hoy una encomienda que los juzgadores de hoy tienen presente, sin duda un modelo de justicia que beneficia ala reinserción social, no es una llave mágica hablar del perdón y la justicia restaurativa, pero es una herramienta en la cual debemos confiar para mejorar la interacción humana.

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